Nuevo golpe al prestigio exterior de la economía: España lidera el "índice de miseria" de Moody's, un ránking en el que se computan los riesgos económicos y sociales derivados de los niveles de paro y déficit fiscal de 16 países en 2010.
La misma clasificación que "influenciará" a la agencia de ráting a la hora de hacer su "valoración" y revisar la deuda a largo plazo.
El informe que publicó ayer Moody's llega en un mal momento, pues hace menos de una semana que Standard & Poor's (S&P) rebajó la perspectiva de la calificación del crédito soberano español de estable a negativa.
El índice de la agencia deja en entredicho, por tanto, los últimos mensajes del Gobierno. De un lado, el de Zapatero, que, el pasado martes, tras conocer la noticia de S&P, se agarró a que Moody's y Fitch mantienen la máxima nota para la deuda. Por otro lado, cuestiona al secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, que recurrió ayer a la calificación de la deuda de esta compañía para defender la solvencia de España.
Al igual que S&P, Moody’s no rebaja la calificación. Pero sí que ve graves problemas estructurales que acechan al país. Es, además, más precavida que el Gobierno. Frente a la "inminente" recuperación que ve el Ejecutivo, la agencia cree que "en 2010 se aclarará cuál es el nuevo régimen de crecimiento que han puesto en marcha los países afectados por la crisis". "Esto influirá en nuestra evaluación de las perspectivas a largo plazo de la deuda", sostiene.
España, con un déficit que ronda el 10% del PIB y una tasa de paro cercana al 20%, supera en este ránking a países como Letonia, Lituania, Irlanda, Grecia, Reino Unido e Islandia, algunas de las potencias que se han visto más afectadas por los efectos más perversos de la peor recesión de las últimas cuatro décadas.
Los riesgos
Y es que, según los organismos internacionales y los analistas privados, España se juega la entrada en una década perdida si no realiza ajustes de calado. "Creemos que el índice de la miseria es una buena medida de los retos a los que se enfrentan algunas economías en la próxima década", sostiene el informe sobre riesgos soberanos que elabora periódicamente Moody's.
Los expertos han adaptado este indicador -con el que los analistas analizaban tradicionalmente el impacto en la actividad del aumento de los precios de consumo y de las tasas de desempleo- al presente. Hoy día, en vez de tener en cuenta las tensiones inflacionistas observa el estado de las finanzas públicas, muy dañadas por la crisis.
Moddy’s es tajante a la hora de pedir correcciones del gasto: "La mayoría de los gobiernos no tienen el lujo de esperar hasta 2012 para iniciar la limpieza de las finanzas públicas". Y es que, una tendencia de crecimiento más baja de la esperada podría promover fallos estructurales en la salud de las finanzas públicas.
Según el informe, esto se agrava en los casos en los que la tendencia de crecimiento anterior a la crisis "se infló" por un rápido incremento de la deuda del sector privado, "como, por ejemplo, Irlanda, España, muchas de las economías emergentes de Europa, quizá EEUU, etcétera".
“En los países en los que la deuda se ha incrementado de manera significativa -especialmente en aquellos en los que se ha convertido en inasequible- la necesidad de frenar el déficit pondrá a prueba la cohesión social", asegura. "Ese examen será más duro si decepciona el crecimiento y si las tipos de interés suben".
¿Cómo ha llegado España hasta aquí? Moody's responde al poner a otros como ejemplo: "Sociedades cohesionadas como la de los países bálticos, Islandia o Irlanda han aceptado sacrificios (recortes salariales, recortes del gasto público, etc.) que parecían inimaginables un pocos años atrás y que parecen difícilmente replicables en sociedades comparables".(fuente:expansión)
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