Europa se revuelve contra la inmigración. En los últimos meses, países como Francia, Suiza o Suecia han tomado polémicas decisiones con el objetivo de poner topes a los extranjeros dentro de sus fronteras. Pero, desde un punto de vista meramente económico, ¿de verdad se pueden permitir prescindir por completo de estos ciudadanos?
En los últimos meses, los vientos xenófobos han avanzado por toda Europa. Por poner algún ejemplo, en septiembre un partido declarado anti inmigrante obtuvo representación en el Parlamento de Suecia por primera vez en la historia, mientras que en Holanda el nuevo gobierno ha tenido que acudir a otra formación de ultraderecha que rechaza el Islam para hacer coalición.
No hay que olvidar la prohibición de construir minaretes que puso en marcha Suiza, aunque el caso más sonado ha sido la reciente expulsión de gitanos rumanos y búlgaros por parte de Francia.
A medida que la crisis va asentándose en los países de la Unión Europea, crece el resentimiento de una parte de la población hacia los inmigrantes. Por eso algunos gobiernos han ido adoptando medidas de este tipo, a fin de frenar el malestar social y, de paso, arrancar votos.
Mano de obra necesaria
Sin embargo, ninguno de los pasos dados se encamina a acabar con los flujos migratorios por completo. "Si miras más allá del ruido, no escucha a nadie diciendo que no debería haber inmigración de ningún tipo", indica a Bloomberg el responsable del área de migración de la OCDE, Jean- Pierre Garson. "Es que no pueden. Hay partes de la economía que se frenarían en seco", añade.
Una de las semillas que da tradicionalmente da vida a este sentimiento es la idea de que arrebatan puestos de trabajo que a los autóctonos. Para Jean- Pierre Garson esto no siempre es así: "Hay ciertos trabajos que los locales no harán y que ni siquiera harán los hijos de los inmigrantes".
De la misma opinión es Pascal Decary, responsable de recursos humanos de Veolia Environnment, quien asegura que de no ser por los empleados extranjeros "simplemente" no podrían hacer su trabajo. "Hacen trabajos que los nativos no quieren hacer", añade.
En España, según un informe difundido recientemente por el Ministerio de Trabajo e Inmigración en base a datos de 2009, se ponía de manifiesto que la crisis afecta a todos los segmentos por igual y que "no está provocando sustitución de trabajadores españoles por extranjeros".
La cuestión demográfica
A esto hay que añadir el aspecto que atañe al crecimiento demográfico. Según explica la OCDE, de de no ser por la inmigración, países como Italia, Finlandia o la República Checa habrían vistop decrecer su población entre 2002 y 2006.
De hecho, de los 22 países europeos que forman parte de la organización internacinal sólo en Francia y Holanda se registraban índices de natalidad elevados entre habitantes locales. Recientemente, el gurú de la renta fija Bill Gross advertía de que la caída de la natalidad es el nuevo problema a vigilar.
Imprescindibles
Así las cosas, Bloomberg asegura que las economías globales dependen de la mano de obra importada para crecer.
Según un informe de 2008 elaborado por el Parlamento Británico, el 17% del crecimiento fue resultado de la inmigración recibida por el país en 2004 y 2005. Desde Estados Unidos, el presidente del Centro para el Progreso de America y antiguo jefe de gabinete de Bill Clinton, John Podesta, ha manifestado que facilitando la residencia a los trabajadores sin papeles y atrayendo más inmigración aportaría unos 1,5 billones a la economía estadounidense en diez años.
El profesor de la Universidad de Bruselas Andre Sapir concluye que los países donde las mujeres tienen de media menos de dos hijos -la mayoría de los euroeos, por ejemplo- necesitarán seguir abriendo sus puertas a los inmigrantes para mantener su población, su calidad de vida y sus pensiones.(fuente:eleconomista)
Es cierto que hacen falta inmigrantes, ya que por muchos que no quieran reconocerlo, hay trabajos que nadie quiere realizar y ellos si. Ahora con la crisis y el paro hay mucha gente que se queja sobre este tema, y es que claro, cuando la necesidad aprieta la gente si quiere hacer trabajos que antes ni pensaba hacer. De todas formas, gracias a las ayudas que se dan a mucha gente, se están creando un gremio de vagos que no quieren, ni pretenden trabajar. Yo tampoco estoy de acuerdo en erradicar la inmigración ya que hay muchos de ellos que trabajan y cotizan a la S.Social, cosa que según varios estudios es imprescindible si queremos mantener nuestros planes de pensiones en un futuro.
Creo que el Estado debería hacer: mayor control sobre la inmmigración ilegal, menos subvenciones innecesarias y más fomento del empleo dando ayudas a los empresarios para la contratación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario